Blas de Lezo y Olavarrieta (u Olabarrieta ) almirante español conocido como Patapalo, o más tarde como Mediohombre, por las muchas heridas sufridas a lo largo de su vida militar es considerado uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada Española.
I I.- Primeros años
Blas de Lezo y Olavarrieta nace en Pasajes (Guipúzcoa) el 3 de febrero de 1689.
Pertenecía a una familia con ilustres marinos entre sus antepasados, en un pueblo dedicado, prácticamente en exclusiva, a la mar.
Se educó en un colegio de Francia y salió de él en 1701.
En aquel entonces la armada francesa era aliada de España en la Guerra de Sucesión, que acaba de empezar al morir Carlos II sin descendencia.
Dado que Luis XIV deseaba el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y escuadras de España y Francia, Lezo se embarca, a sus 12 años, en la escuadra francesa, enrolándose como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Luis Alejandro de Borbón, hijo de Luis XIV.
II.- La Guerra de Sucesión
La guerra enfrenta a Felipe de Anjou, apoyado por Francia y nombrado heredero por el rey español, con el Archiduque Carlos de Austria, apoyado por Inglaterra, ya que esta última temía el poderío que alcanzarían los Borbones en el continente.
La escuadra francesa había salido de Tolón y en Málaga se habían unido algunas galeras españolas mandadas por el conde de Fuencalada.
Frente a Vélez-Málaga se produjo el 24 de agosto de 1704 la batalla naval más importante del conflicto.
Blas de Lezo participó en aquella batalla batiéndose de manera ejemplar.
En 1704 (Blas de Lezo tiene la edad de 15 años) pierde la pierna izquierda por la bala de un caños ingles que es amputada por debajo de la rodilla, sin ninguna clase de anestesia y, según las crónicas, sin ningún tipo de lamento siendo guardamarina.
Por tal hecho el propio rey le eleva al rango de Alférez de Bajel.
El hecho ocurrió en Vélez – Málaga, en 1704, y la escuadra francesa que había partido desde Tolón, se une a otras naves españolas para enfrentarse a la escuadra dirigida por el almirante Rooke.
Evidentemente necesitó una larga recuperación y rechazó estar en la Corte, pues ambicionaba conocer las artes marineras y convertirse en un gran comandante.
En 1705 el terrible percance de haber perdido la pierna izquierda no debió amilanar en absoluto al joven Blas de Lezo, pues no tardaría en volver a embarcarse para socorrer a las asediadas plazas de Peñíscola y Palermo, dirigir el posterior ataque al navío ingles de 70 cañones Resolution que resultó devastado por el fuego, o capturar otros dos navíos enemigos.
Durante sus exitosas patrullas por el Mediterráneo logra apresar otro buen número de navíos ingleses logrando el permiso de llevar sus presas a su pueblo natal.
Continúa patrullando el Mediterráneo, apresando numerosos barcos ingleses y realizando valientes maniobras con un arrojo inusitado.
Tanto es así que se le premia permitiendo que lleve sus presas a Pasajes, su pueblo natal.
Pero enseguida es requerido por sus superiores y en 1706 se le ordena abastecer a los sitiados de Barcelona al mando de una pequeña flotilla.
Sirviéndose de su aguda inteligencia, realiza brillantemente su cometido, escapa una y otra vez del cerco que establecen los ingleses para evitar el aprovisionamiento.
En 1706 recibe instrucciones para poner en marcha su siguiente misión: el abastecimiento de los sitiados en Barcelona comandando una pequeña flota. Con tan solo 17 años de edad ya mostró su capacidad de estratega y su picardía, burlando constantemente el cerco inglés gracias a las densas nubes de humo que provocaban los montones de paja ardiendo que dejaba flotando sobres las aguas y que le permitían ocultarse, o las cargas incendiarias que disparaban sus cañones capaces de neutralizar los navíos británicos.
Posteriormente se le destaca a la fortaleza de Santa Catalina de Tolón, donde toma contacto con la defensa desde tierra firme en combate contra las tropas del príncipe Eugenio de Saboya.
En esta acción y tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se le aloja en el ojo izquierdo, que explota en el acto, perdiendo así para siempre la vista del mismo.
Por estas fechas tiene lugar el referido combate con el Stanhope mandado por John Combs, que lo triplicaba en fuerzas. Se mantuvo un cañoneo mutuo hasta que las maniobras de Lezo dejaron al barco enemigo a distancia de abordaje, momento en el que ordenó lanzaran los garfios para llevarlo a cabo: <
El abordaje de los españoles era una temible maniobra ofensiva, que los ingleses temían particularmente: los navíos españoles cañoneaban de cerca, tras lo cual lanzaban garfios y abordaban el navío contrario, buscando el cuerpo a cuerpo, hasta la rendición del enemigo.
De este modo, con tripulaciones muy inferiores en número, los navíos españoles lograban apresar otros con mucha mayor dotación y porte. Blas de Lezo se cubrió de gloria en tan fenomenal enfrentamiento, en el que incluso es herido, siendo ascendido a Capitán de Fragata.
En 1712 pasa a servir bajo las órdenes de Andrés de Pes. Este afamado almirante quedó maravillado ante la valía de Lezo y emitió varios escritos que le valieron su ascenso a Capitán de Navío un año más tarde.
Andrés Matías de Pez y Malzárraga (Cádiz, 1657 - Madrid, 1723) fue un marino y hombre de estado español.
Descendiente de vizcaínos, nació en Cádiz, donde su padre Andrés de Pez y Capetillo estaba destinado como capitán de la Armada de Andalucía.sailboat4
A los 16 años se enroló como simple marinero en la carrera de Indias, ascendiendo rápidamente en el escalafón, destacándose en la castellanía de San Juan de Ulúa, en la capitanía del puerto de Veracruz, en la exploración del delta del Misisipi y Pensacola, en la conducción de la flota del tesoro de 1707 y 1710 o en el sitio de Barcelona durante la guerra de sucesión española.
Durante su etapa política fue miembro del Consejo de Guerra desde 1715, gobernador del Consejo de Indias desde 1717 y Secretario de Estado y del Despacho de Marina desde 1721 hasta su muerte, ocurrida en 1723.
En 1714, acontece el segundo asedio a la ciudad de Barcelona.
Blas de Lezo cuenta ya con 25 años de edad y el navío que está bajo su mando, el Campanella de 70 cañones, se aproxima decididamente a las defensas británicas.
Nuestro protagonista vuelve a resultar herido; esta vez es el disparo de un mosquete el que le inutiliza para el resto de su vida su brazo derecho.
El cuadro del oficial de marina Blas de Lezo comienza a mostrar ya su perfil de Mediohombre: cojo, manco y además tuerto. Sea como sea, su más que lamentable estado físico no le supondrá ningún impedimento para continuar en activo.
En esa época, y al mando de una fragata, apresó once navíos británicos, entre ellos el emblemático Stanhope, navío de gran poder ofensivo.
En 1715, al mando del Nuestra Señora de Begoña de 54 cañones, y junto a una gran flota, lograría reconquistar Mallorca, esta vez, sin necesidad de efectuar un SOLO cañonazo.
En 1716 tras la finalización de la Guerra de Sucesión en España Blas de Lezo recibe el novedoso reto de limpiar la costa Pacífica del virreinato de Perú de los numerosos piratas y corsarios.
El servicio lo cumple con notable éxito.
III.- El Caribe
Finalizada de la guerra de sucesión, entre 1716 hasta 1730 Blas de Lezo marcha fuera de España y contrae matrimonio en Lima en 1725.
Terminada la Guerra de Sucesión, se le confió el buque insignia Lanfranco.
Un año después parte hacia La Habana escoltando a una flota de galeones en el Lanfranco, barco que será retirado del servicio debido a su calamitoso estado, a su regreso a Cádiz.
Allí se queda hasta 1720, cuando se le asigna un nuevo navío bautizado también como Lanfranco , conocido asimismo como León Franco y Nuestra Señora del Pilar, y es integrado dentro de una escuadra hispano-francesa al mando de Bartolomé de Urdizu con el cometido de limpiar de corsarios y piratas los llamados Mares del Sur, o lo que es lo mismo, las costas del Perú.
La escuadra estaba compuesta por parte española de cuatro buques de guerra y una fragata, y por parte francesa por dos navíos de línea.
Sus primeras operaciones fueron contra los dos barcos, el Success y el Speed Well del corsario inglés John Clipperton, que logró evitarle y tras hacer algunas capturas huyó a Asia, donde fue apresado y muerto.
1723 y 1725 llega por ascensos a General de la Armada y vive en los mares piratas.
En 1725, se casa en Lima con la abnegada y sufrida Josefa Pacheco, que deberá aguantar todas las incertidumbres y penalidades derivadas del ajetreado y peligroso trabajo de su esposo.
Ella era natural de Locumba (actual Tacna), e hija de los también criollos José Carlos Pacheco y Benavides, y María Nicolasa de Bustios y Palacios. De esta unión Blas de Lezo tuvo con ella 3 hijos.
La misión de limpiar la costa Pacífica del virreinato de Perú se completaría con notable éxito, pues generalmente los navíos piratas emprenderían la desesperada huida ante la presencia de los buques de guerra españoles y la fama que Lezo se había ganado durante los últimos años.
En 1730 Blas de Lezo da por concluido su periplo por las costas americanas y regresa nuevamente a España donde es nombrado jefe de la escuadra naval del Mediterráneo.
IV.- Mediterráneo
1731 Blas de Lezo Gesta se persona en la República de Génova al mando de seis navíos de guerra para reclamar el pago de 2 millones de pesos que por diferentes avatares esta república debía al Reino de España.
El pago se efectuó con rapidez y presteza, y Lezo, además, invitó a las autoridades genovesas a rendir homenaje a la bandera real de España, hicieron muy gustosamente, por el coste de 2 millones de pesos.
El detalle de lo acontecido es el siguiente:
Lezo llegaría al puerto genovés con la muy escasamente diplomática intención de cañonear desde sus buques la ciudad si no se efectuaba el pago dentro de un plazo que con anterioridad él mismo había designado.
Habiendo surgido diferencias con la república de Génova, España estaba resentida por la conducta observada por aquel Estado, y no de acuerdo con sus procedimientos, el general Lezo, por orden superior, se personó en aquel puerto con seis navíos y exigió, como satisfacción, el pago de los dos millones de pesos pertenecientes a España que se hallaban retenidos en el Banco de San Jorge, además de un homenaje a la bandera real de España.
Mostrando el reloj a los comisionados de la ciudad, que buscaban el modo de eludir la cuestión del pago, fijó un plazo, transcurrido el cual la escuadra rompería el fuego contra la ciudad.
Los dos millones de pesos recibidos fueron enviados, por orden del rey, medio millón para el infante don Carlos y el resto fue remitido a Alicante para sufragar los gastos de la expedición que se alistaba para la conquista de Orán.
En reconocimiento de sus servicios al Rey, éste le concede en 1731 como estandarte para su capitana la bandera morada con el escudo de armas de Felipe V, las órdenes del Espíritu Santo y el Toisón de Oro alrededor y cuatro anclas en sus extremos
En 1732 CONQUISTA DE LA CIUDAD OTOMANA DE ORAN. (Argelia)
El marino predilecto de la Armada Española pronto tendría una nueva misión sobre la mesa que le llevaría a embarcarse en el navío Santiago para poner rumbo junto a otros 53 buques a la conquista de la ciudad otomana de Orán (en la actual Argelia).
Blas de Lezo completaría con notable éxito esta misión, que finiquitaría en 1732.
Terminadas las operaciones sobre la costa africana, se dirigió la escuadra a Cádiz, donde entró el 2 de septiembre de 1732.
Como consecuencia de ello el pirata BAY HASSAN huye pero poco tiempo después el pirata Bay Hassan logró reunir un buen número de tropas para sitiar la recién conquistada ciudad.
Las potencias berberiscas alarmadas con la toma de la plaza de Orán, se coaligaron para reconquistarla, atacándola por tierra y bloqueándola por mar.
Con este motivo salió Lezo, con los dos navíos que en Cádiz estaban preparados, el Princesa y el Real Familia, a los que se reunieron otros cinco y 5000 hombres; levantó el bloqueo y metió en la plaza los necesarios socorros, dedicándose después a dispersar a las fuerzas navales enemigas, provocando la huida del pirata argelino tras una dura y reñida lucha.
Blas de Lezo no dudó en salir en persecución de la nave capitana de Hassan, que se refugió dentro de la fuertemente fortificada y bien defendida bahía de Mostagán, donde le aguardaban 4000 hombres bien armados y dos fuertes perfectamente artillados.
Sin embargo, el implacable perseguidor no se amedrantó por ello y y persiguiendo a este pirata no cesó y penetró seguidamente en la bahía desafiando el constante cañoneo proveniente de los fuertes que caía sobre sus buques para finalmente lograr incendiar la nave capitana del pirata y arrasar por completo las fortificaciones.
Patrulló después durante meses por aquellos mares, impidiendo que los argelinos recibieran refuerzos de Estambul, hasta que una epidemia lo forzó a regresar a la ciudad de Cádiz.
1734 El episodio de Orán le valió el ascenso a Teniente General de la Armada.
1735 Se afana en labores dentro de la corte, donde permaneció durante un breve periodo pidiendo nuevamente incorporarse al servicio activo ya que refería que “tan maltrecho cuerpo no era una buena figura para permanecer entre tanto lujo y que su lugar era la cubierta de un buque de guerra” por lo que pidió el consiguiente permiso al Rey y éste se lo concedió.
Y es que el habitat natural de un hombre de acción de aquella época como Blas de Lezo se encontraba en las cubiertas de los navíos de guerra, por lo que no tardó en volver a embarcarse.
1736 Ya de regreso en el Puerto de Santa María, el 23 de julio de 1736, fue nombrado comandante general de una flota de ocho galeones y dos registros, que escoltados por los navíos Conquistador y Fuerte habían de despacharse para Tierra Firme.
1737 Salió con su flota el 3 de febrero de 1737, llegando a Cartagena de Indias el 11 de marzo, quedando de comandante general de aquel apostadero, el más importante puerto de ultramar: Cartagena de Indias, tan importante para la defensa del mar de las Antillas.
V.- Cartagena de Indias
En 1739 cuando un navío español comandado por Julio León Fandiño abordó y capturó un barco corsario frente a las costas de Florida para, seguidamente, cortar la oreja a su capitán; “Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”.
Y es que el tráfico marítimo comercial de aquella época entre América y España se veía constantemente cortado y entorpecido por las acciones y el constante acoso de piratas y corsarios ingleses, que atacaban incluso ciudades y puertos españoles escasamente defendidos.
En la cámara de los Lores, Robert Jenkins con su oreja en la mano, denunció el hecho desencadenando un conflicto que suponía una oportunidad inmejorable para arrebatar la supremacía marítima oceánica a los españoles, de ahí que los ingleses conozcan el conflicto como «Guerra de la oreja de Jenkins».
Robert Jenkins era un contrabandista británico cuyo barco, el Rebecca, había sido apresado en abril de 1731 por un guarda costas español, que le confiscó su carga.
La oposición parlamentaria y posteriormente la opinión pública sancionaron los incidentes como una ofensa al honor nacional. La excusa perfecta había llegado y se declaró la guerra a España.
Inglaterra nombra al marino Edward Vernon comandante de las fuerzas británicas en las Indias Occidentales, quien pone rumbo desde Port Royale (Jamaica) hacia el puerto español de Portobelo situado en Panamá con el objetivo de proceder a su saqueo y destrucción.Portobelo formaba parte de la ruta que periódicamente seguía la Flota de Indias y se encontraba pobremente defendido.
El éxito de esta acción fue celebrado y proclamado a los cuatro vientos, y Vernon, entre numerosos homenajes, se convertiría en un héroe nacional en Inglaterra.
Incluso el mismísimo Jorge II de Inglaterra asistió a una cena homenaje en honor a Vernon donde se presentó por primera vez el actual himno nacional británico God Save the King (que se transforma en God Save the Queen cuando el trono lo ostenta una mujer).
En una carta fechada el 27 de noviembre de 1739 Vernon comunica a Lezo que los prisioneros de Portobelo están recibiendo un excelente trato a pesar de no merecerlo.
1. "Almirante en Tierra firme", de José Vicente Pascual, Ed. Áltera - Madrid, 2013. Premio Hispania de Novela Histórica, 2013.
Blog de José Vicente Pascual
2. “El Paisano de Jamaica” de Francisco Javier Romero Valentín. Editorial Amazon, 2013.
Novela histórica que relata el asedio sufrido por Cartagena de Indias entre marzo y mayo de 1741.
Web de Francisco Javier Romero Valentín
3. "El héroe del Caribe”, de Juan Antonio Pérez-Foncea. Editorial Libros Libres, 2012.
Se trata de una recreación novelística sobre el gran episodio de la defensa de Cartagena de Indias, donde narra la hazaña de Blas de Lezo, en el marco de un joven oficial, llamado Fernando, destinado en la plaza y entregado al combate, y Consuelo, la muchacha a quien su madre quieren casar con otro a quien no ama, conocen la pasión, el dolor y la mentira.
Sitio web de Juan Antonio Pérez Foncea
4. “La Batalla de Cartagena de Indias” de Francisco Javier Membrillo Becerra. Editorial Fco. Javier Membrillo Becerra, 2011.
Esta obra, detalla les hechos históricos ocurridos desde comienzos del siglo XVIII hasta la batalla de Cartagena de Indias durante 1741.
En ella se describe la desproporción de medios humanos y técnicos entre los ejércitos español (reducido) y británico, que a su vez era apoyado por parte de colonos norteamericanos, mandados por el capitán Lawrence Washington, quien fue hermano del primer presidente de EEUU, así como describe la personalidad en el mando de sus principales protagonistas.
La Batalla de Cartagena de Indias, de Francisco Javier Membrillo Becerra
5. "La conjura de la mentira. Derrota de Inglaterra en Cartagena de Indias", de Ramiro Ribas Narváez. Editorial Akron 2009.
La conjura de la mentira
6. "Mediohombre: La batalla que Inglaterra ocultó al mundo", de Alber Vázquez. Inédita Ediciones, 2009.
Novela de aventuras, que reconstruye la gran hazaña de Blas de Lezo, en la que se impuso el ingenio y el valor.
7. Blas de Lezo "El malquerido", de Carlos Alonso Mendizábel. Editorial Dossoles, 2008.
8. "El vasco que salvó al imperio español", de José Manuel Rodríguez. Editorial Áltera S.L. 2008.
Su autor, José Manuel Rodríguez, es un historiador que, como tantos otros, ha caído hechizado por la talla descomunal de Blas de Lezo, aquel marinero guipuzcoano que escribió una de las mayores gestas de la Historia de España.
9. El día que España derrotó a Inglaterra”, de Pablo Victoria. Ediciones Áltera, S.L. 2005.
Obra de investigación histórica.
Esta obra, relata pormenorizadamente la Batalla de Cartagena de Indias, describiendo con todo lujo de detalles las características sociales de las colonias, la vida de Blas de Lezo, el porqué de la toma de las distintas decisiones, mediante reconstrucciones de diálogos y extractos de los diarios de guerra.
10. "España contraataca", de Pablo Victoria. Ediciones Áltera, S.L. 2005.
Relato sobre la derrota del Imperio inglés del Norteamérica. Siglo XVIII. Inglaterra se ha convertido en la principal potencia europea. En América su objetivo es expulsar a España y apoderarse de sus inmensos virreinatos y de sus riquezas. Ya lo intentó con la invasión de Cartagena de Indias, en 1741, pero el almirante Blas de Lezo derrotó a su flota y su ejército. Treinta y cinco años más tarde, ha llegado la ocasión para la revancha española.
11. "Don Blas de Lezo. Defensor de Cartagena de Indias", de Gonzalo Quintero Saravia. Editorial Planeta Colombia, 2002.